lunes, 18 de marzo de 2013

Encierro y huelga en la UAH




No estoy muy acostumbrado a participar en asambleas, y menos aún a relatar mis experiencias, pero considero que lo vivido fue importante para mí y me gustaría contarlo de la forma más clara y profunda posible, con el fin de expresar mi punto de vista sobre el método asambleario, sus deficiencias y cómo agilizar y solucionar algunos de sus problemas. También contaré algún incidente con la policía y los errores que una mente con gran volumen de información pero poco experimentada como la mía cometió ante estas nuevas situaciones.
He de decir, que en un principio no tenía pensado ir, no sabía si iba a poder aportar; bueno, me apetecía más cenar y dormir tranquilo en casa. Fueron las ilusiones de mi chica y nuestras ganas por compartir algo así las que me lanzaron a conocer a las personas que habían estado moviendo la huelga estudiantil del 14M en la Universidad de Alcalá de Henares.  

El encierro
Cuando llegamos a la facultad de derecho, ya estaban les estudiantes realizando la asamblea, pasando sus turnos de palabra y prestando atención a las intervenciones de sus compañero/as. Éramos más de 40 estudiantes, me alegré. Eran más de los que esperaba encontrar. Las ideas de las que hablaban me resultaban familiares, y estaba de acuerdo con la mayoría, pero no terminaba de ver el punto en cuestión que estaban tratando. Fue al cabo de unos 20 minutos cuando entre moderador y asistentes decidieron pasar a debatir las acciones de la huelga y la creación de grupos de trabajo. Uno de los puntos más acusados normalmente por los participantes de las asambleas es el cansancio que producen discursos divagantes y sin un objetivo claro, y les doy la razón. Sin embargo, no hay como probar a hacer lo que uno critica para darse cuenta de lo difícil que resulta expresar una idea y objetivo concreto, y de esta forma, hablé por primera vez en público; hablando mucho y diciendo más bien poco.

La discusión sobre los puntos tratados fue avanzando lentamente y finalmente organizamos los diferentes  grupos de trabajo orientados a las acciones del día siguiente. Unos pasaclases y piquetes informativos, diseño de pancartas y lemas, y redacción de un manifiesto. Decidí unirme al grupo de pasaclases porque me gusta la interacción directa con el estudiante; pienso que hay mucho que trabajar en este asunto.

Se plantearon muchas acciones, pegada de carteles de camino a clase, evitar la entrada de estudiantes a clase por varios métodos, informar en el trenecito de la uni... Un compañero sugirió que al hablar a los estudiantes lo hiciéramos en tono amable y gracioso. Punto positivo; pero  no confiaba en las habilidades sociales del resto como para llevar a cabo esta tarea con éxito. Me imaginaba un grupo de gente que terminaría insultando y juzgando las acciones de sus compañero/as como en los piquetes convencionales, esos que a menudo vemos en las huelgas generales. Quise entonces plantear un “role playing”, donde nos pusiéramos en la situación de una estudiante que le informa a otra sobre las motivaciones de la huelga, evitando situaciones conflictivas o violentas (verbales) como las habituales. En dos palabras, no cuajó. Quizás no supe expresarme correctamente.Mi objetivo principal no era una gran asistencia a la huelga a cualquier precio, sino hacer emerger de cada estudiante la responsabilidad de informarse y decidir sobre su propia educación. Tampoco pareció haber apoyo en este punto.

De las asambleas pude sacar que:
  • Son lentas
  • Es difícil tener en mente el punto de la reunión y no hay un sitio donde consultarlo para hacer fácil su seguimiento. 
  • Su productividad depende en gran parte de la eficiencia de los moderadores y la capacidad de los participantes de expresar sus ideas focalizando en el punto tratado.
  • Falta flexibilidad
  • Necesidad de un buen conocimiento previo del funcionamiento asambleario por parte de los participantes.
  • Algo de información sobre asambleas: http://acampadapatraix.wordpress.com/7-metodo-asambleario/

El piquete de la Renfe

Las asambleas se alargaron A las 3 de la mañana, estaba agotado y no había conseguido prácticamente nada de lo que me proponía. Un sentimiento de impotencia me hacía presentir que nada bueno podía salir de las acciones que íbamos a realizar. Sin embargo, estaba aprendiendo mucho y disfrutaba de la convivencia en buena compañía. A la mañana, 4 horas después, no se me había ocurrido nada nuevo y me tocaba enfrentarme a una situación difícil en la que no sabía como reaccionar. Marchamos a la Renfe dispuestos a retener brevemente a nuestros compañeros de universidad que salían del tren para informarles de los motivos de la huelga. No quería coaccionar a nadie, no quería juzgar a mis compañero/as y sobre todo, no quería enviolentarles. Me limité a informarles de la huelga con un simple, "¿sabes que hoy hay huelga de estudiantes?" y decidí no insistir mucho más allá de preguntarles por qué elegían no seguirla. No observé el mismo comportamiento por parte de otros y otras  compañeras, incluyendo al que sugirió que fuésemos amables. Escuché algún que otro "¡así nos va con gente como tú!" o "gracias por tu actitud, ¡así se lucha!", incluso algún grito exaltado de otros como "¡esquirol!, ¡hijo puta!". Justo lo que no quería: juicios, violencia. ¿Cómo vamos a crear un movimiento inclusivo si a la primera que tomas contacto con otros estudiantes haces esto?

Mal empezamos. Llegó la policía al campus mientras mis compañero/as intentan retener a otra oleada de estudiantes saliendo del tren. Yo estaba apartado del tumulto, pero el policía que encabezaba el grupo se dirigió a mí:
-Policía: Buenos días, ¿es usted el representante de esta gente?
-Yo: Buenos días. No, aquí no hay representantes, soy uno más.
-P: Si no tienen representantes los tendremos que poner nosotros.

Intenté explicarle que nuestro objetivo era informar tranquilamente  a nuestros compañero/as de universidad y no pretendíamos coaccionar a nadie. Pero ahora siento que ese "nuestro objetivo" era más bien un "mi objetivo". Me pidieron la documentación y en un principio me negué, confiando en mis habilidades de comunicación noviolenta. La conversación discurrió sin más incidentes hasta que alguien se aceleró y comenzó a levantar el tono de voz. Empezaron las identificaciones y, después de calmar un poco la conversación, me alejé para evitar que me tomaran los datos.
Justo cuando nos estábamos marchando, el policía me detuvo, y me volvió a pedir la documentación. Pobre de mí, que no supe responderle acorde a lo que había leído en stopidentificaciones y me identificó.

El policía me justificó la toma de datos de esta manera:

- P: Entiende que yo tengo que dar un reporte de que he estado aquí, y que si pasa algo y alguno de tus amigos rompe un cristal o hace una pintada, necesitamos un responsable. De esta manera también  aseguramos que haya un comportamiento cívico.

¿Así que ahora yo soy el policía de mis compañeros y tengo que vigilarles para que no realicen actos vandálicos? ¿Y si me tengo que ir a trabajar? ¿Y si me meten cualquier denuncia correspondiente a otro acto? En fin, que accedí a la presión. Decidí que no me volvería a pasar.


El pasaclases

De aquí debo destacar la importancia de la organización, de nuevo, de unos objetivos claros y de cómo una persona seguida por el resto puede echar a perder una situación provechosa para todos. La masa sin control (o autocontrol) no sirve de nada.

Ocurrió algo curioso en una de las clases. Entramos, uno de los compañeros dió un breve discurso a los 7 u 8 estudiantes sentados y ante el apoyo de la profesora y las evidentes razones que nos obligaban a la acción, varios de ellos se levantaron y decidieron unirse a la marcha del pasaclases. Aplaudimos, y una sonrisa se podía ver en las caras de la/os compañeros que se unían.

Cambiamos de facultad y se nos unía más gente, pero la dinámica cambió radicalmente. Un compañero daba un breve discurso, una persona aplaudía antes de ver una reacción por parte de los estudiantes, el resto le seguía, y los estudiantes de la clase permanecían sentados. Considero esta reacción de los estudiantes completamente normal. Poniéndome en su lugar, parecía que la muchedumbre que aplaudía lo hacía a... ¡un discurso! De esta forma, nadie se sentía dispuesto a unirse, y encima se les recriminaba que no lo hicieran. Vuelta a lo mismo de antes. Estudiantes que se sienten agredidos no pueden unirse y sumar con sus propuestas. Se escuchó hasta algún "me han obligado a salir de clase". No hay más que hablar.

Me pude fijar en 2 clases que la persona que comenzaba con los aplausos era la misma,  el discurso me parecía pobre e intentaba convencer a los alumnos para unirse a una marcha sin definir o explicarles los objetivos. Los aplausos ya no eran de apoyo a los compañeros, era populismo y exaltación. Seguían uniéndose algunos estudiantes, pero desconozco sus motivos.

Una compañera intentó poner orden con una breve asamblea improvisada para definir la actuación en los siguientes pasaclases, pero ante el furor y exaltación de algunos, fue ignorada casi por completo. La dinámica del pasaclases continuó y no tuve el coraje ni las fuerzas de replantear la acción.


La marcha al rectorado

Poco puedo decir de la marcha, pues no pude estar presente. Pero al parecer la estrategia de la policía para controlar la manifestación se fundamentó en una división en pequeños grupos de 20  que llegaron por diferentes vías y la prohibición de exhibir pancarta alguna. Lo que si que puedo contar es la experiencia de nuevo con la policía, esta vez, impidiendo el acceso a la Universidad, el rectorado, de los estudiantes que intentaban acceder, mediante identificaciones.

La Universidad de Alcalá, por su historia, es considerada la casa del estudiantado, y la presencia policial en su interior ya me hacía sentir amenazado y nervioso. Ante el grito de "fuera policía de la universidad" el resto de compañero/as pudieron entrar.Me dirigí hacia la puerta para comprobar lo que ocurría, y me encontré con varios agentes dentro de la universidad sin permiso expreso del rector. Ante mi indignación, decidí comenzar a grabar la escena con mi móvil, con tan mala (o buena) suerte que una agente me vio y se dispuso a identificarme (otra vez...). Me pidió que dejara inmediatamente de grabar, pero mi reacción fue seguir grabando, como tantas veces había visto por internet, para protegerme ante lo que pudiera ocurrir. Quizá debiera haberle hecho caso, pues me expresaba su voluntad y deseo de no ser grabada, pero al ser una figura pública; siempre hay tiempo de revisar las leyes en casa. Mientras sacaba la documentación, intenté lentamente escabullirme hacia el patio interior, sabiendo que ella no podía estar allí y que posiblemente estaba incurriendo una acción ilegal.

Esta vez, decidí que SÓLO le enseñaría mi DNI al ser un documento personal e intransferible como recordaba de este vídeo. Intentó cogerlo y lo agarré fuerte. Desistió y decidió que me  estaba negando a identificarme. Los estudiantes vieron a la policía entrar y su presión les hizo retroceder de nuevo mientras yo me escurría hacia el patio interior. Lamentablemente los gritos de  "vosotros fascistas, sois los terroristas",  me entristecían. La mejor defensa no es un buen ataque, es una buena argumentación sustentada en algo firme.

No me he decidido subir el vídeo a pesar de las siguientes informaciones:

«Sobre la autonomía universitaria: Las Universidades están dotadas de personalidad jurídica y desarrollan sus funciones en régimen de autonomía y de coordinación entre todas ellas». Lo que significa que nadie tiene capacidad para actuar dentro de las universidades si no es bajo el permiso de su máximo responsable, el rector de la Universidad.

Sobre la legalidad de grabar a policías:

Sobre la asamblea no diré más que me pareció vacía de contenido y necesita unos objetivos con unas directrices que cuyo medio sea el fin en sí mismo. Educar en la ciudadanía, en el método asambleario, en crear herramientas mientras las probamos. 


En resumen

Creo que al método asambleario tiene aún muchas deficiencias. La principal creo que reside en el propio lenguaje y en cómo transmitir una idea concreta al resto. Es difícil mantener el foco en el orden del día si no hay un buen conocimiento, disciplina y educación por parte de lo/as participantes. Estoy pensando en una aplicación móvil que facilite algunas funciones de moderación e información a participantes. Se agradecerán sugerencias.

Método asambleario:

No se puede luchar por una educación digna insultando o agrediendo con ciertas acciones a tus propios compañero/as y profesorado.

La policía actúa con dudosa legalidad y es un deber ciudadano conocer mínimamente la ley. Me sentí muy desprotegido ante estas situaciones.

Creo que en general, la población carece de herramientas sociales para enfrentarse a "situaciones tensas" como los piquetes o las identificaciones de la policía.

No tengo gran conocimiento de leyes, pero hasta donde sé, existe una Constitución, que está siendo violada, y que ni siquiera la generación de mis padres se la saben como los reyes godos, al dedillo. Igual debiéramos crear una guía con los fundamentos básicos del ciudadano. Con ediciones para todas las edades, que se aprendan desde el colegio hasta la universidad. Si no conocemos nuestros derechos y deberes, ¿cómo vamos a velar por ellos? Yo no quiero dejar mi autonomía y responsabilidad a la voluntad de un juez, un policía o cualquier tercero. Quiero poder actuar en la legalidad y evitar abusos por desconocimiento.

Considero los principios de la Comunicación NoViolenta fundamentales para construir esa sociedad que estamos reclamando.
Como decía Einstein, Es una locura seguir haciendo siempre lo mismo y esperar resultados diferentes. Seguro que cambiando la forma de relacionarnos entre nosotros conseguimos más que organizando huelgas vacías de soluciones o propuestas, y comportamientos y acciones que no consiguen sumar fuerzas.

Libro comunicación no violenta: